La maldición de Frankenstein - 1957

The Curse of Frankenstein
La Maldición de Frankenstein
UK 1957
Duración: 82 min
Idioma: Inglés
Color: Color
Director: Terence Fisher
Guión: Jimmy Sangster / Mary Shelley (novela)
Actores: Peter Cushing ... Victor Frankenstein
Hazel Court ... Elizabeth
Robert Urquhart ... Paul Krempe
Christopher Lee ... Creature
Melvyn Hayes ... Young Victor
Valerie Gaunt ... Justine
Paul Hardtmuth ... Professor Bernstein
Alex Gallier ... Sacerdote



Sinopsis: Un sacerdote acude a una prisión en las montañas en Suiza, donde un preso condenado a muerte a solicitado su presencia. El preso no es otro que,el Barón Victor Frankenstein, que solicita su presencia no para confesar sus pecados, sino para que alguien escuche su historia y poder librarse de su terrible condena por unos crímenes que dice no haber cometido:
Ya de muy joven, el Barón se quedo huérfano, y con una gran ansia de conocimiento busco alguien que le hiciera de tutor y le instruyese en la ciencia, esa persona es la que con los años sería su mentor y mejor amigo Paul Krempe.



Pasados unos años y dedicados los dos a descubrir el secreto de la vida, al fin un día lo consiguen con un perrito, consiguiendo devolverle la vida en un maravilloso laboratorio creado por ellos mismos.



Tras este hallazgo, Victor decide ir más allá y quiere crear un ser humano perfecto, con partes deliberadamente escogidas de cadáveres humanos, Paul ante esta descabellada idea, empieza a separarse de Victor y este último con tal de conseguir su mayor logro ara lo que sea necesario para ello…






Critica: Un clásico entre los clásicos, el principio de toda una era de sangre y terror, bañado en un ambiente gótico que sería un sello personal e inconfundible de la Hammer.



La productora hizo su propia versión de la novela de Mary Shelley, por miedo a una querella por plagio por parte de la Universal, creando una estética totalmente distinta tanto argumental, como visual.
En la parte argumental, excelentemente desarrollada por Jimmy Sangster, el eje central no es el ser creado por el Barón, sino que es el propio Barón, sus ansias de conocimiento, su incontrolable ego y su poca escrupulosidad para llevar a cabo sus macabros experimentos y conseguir los resultados que él desea, en cambio la criatura casi esta de más, no tiene un papel muy revelante en esta historia.





En lo visual, se rompieron los esquemas, filmando la película a color, algo no habitual en las películas de terror de aquellos años, por lo que podíamos ver la sangre en su rojo esplendor y miembros amputados de cadáveres, con secuencias que prácticamente nos dejan poco espacio para la imaginación (por ejem.: las escenas en las que Victor y Paul consiguen el “material” para sus experimentos) y como no la imagen que nos ofrece de la criatura, nada que ver con tornillos en el cuello o algo que se le parezca, es más bien como quedaría una persona después de pasar por un cirujano plástico de la época. Los escenarios, mayormente en la mansión Frankenstein mezclan el lujo y el glamour de la apariencia de los personajes y las salas donde viven, con la vestimenta manchada sangre de Victor en su laboratorio que es más sombrío, empezando ese extenso viaje que ligaría para siempre el gótico y la Hammer.



En la parte interpretativa no puedo olvidar de mencionar a dos de los más grandes actores, Peter Cushing, en el papel del infame, odiado y mas admirado científico loco, el Barón Victor Frankenstein, al que le imprime toda la energía y carácter que exige el personaje y a Chistopher Lee que aunque no habla en toda la película y se le escogió sobre todo por su altura para interpretar al personaje, nos muestra un ser sin conocimiento, casi como un niño aprendiendo a moverse, pero con un cerebro que por causas del destino a sido maltratado y se convertirá casi más en un animal que no en un ser humano.



Al final todo el resultado no sería tan espectacular, sino fuera por el buen hacer de Terence Fisher al juntar todos los elementos anteriormente mencionados para ofrecernos una película como La Maldición de Frankenstein.