Los crímenes del museo de cera
USA 1953
Duración: 88 min
Idioma: Inglés
Color: Color
Director: André De Toth
Guión: Crane Wilbur / Charles Spencer Belden (Historia)
Actores: Vincent Price ... Prof. Henry Jarrod
Frank Lovejoy ... Det. Lt. Tom Brennan
Phyllis Kirk ... Sue Allen
Carolyn Jones ... Cathy Gray
Paul Picerni ... Scott Andrews
Roy Roberts ... Matthew Burke
Charles Bronson (Charles Buchinsky) ... Igor
Reggie Rymal ... The Barker
Paul Cavanagh ... Sidney Wallace
Dabbs Greer ... Sgt. Jim Shane
Sinopsis: Una noche que Henry Jarrod, un extraordinario escultor de figuras de cera se encuentra trabajando en el taller de su pequeño museo del cual se encuentra inmensamente orgulloso y en especial de su obra María Antonieta , recibe la visita de su ambicioso socio, Mathew Burke, el cual quiere beneficios por su inversión en el museo. Jarrod le comunica que esta esperando la visita de un critico amigo suyo y de un posible mecenas que compre su parte y de esta manera poder solucionar el problema de dinero que requiere su socio, mientras conversan llegan los mencionados y Burke decide esperar en la oficina a que termine la informal reunión.
La reunión es un éxito y el mecenas le comenta a Jarrod que esta dispuesto a participar en el museo invirtiendo dinero pero que tendrá que esperar tres meses a que vuelva de un viaje al que parte al día siguiente para ver como van las excavaciones en Egipto de una expedición financiada por él.
Tras la marcha de los dos hombres Jarrod se muestra satisfecho pero no Burke que no esta dispuesto a esperar tanto tiempo y le propone al primero de incendiar el museo y cobrar las 50.000 libras del seguro. Henry se muestra horrorizado ante tal idea pero Burke se pone manos a ello y al intentar impedirlo Jarrod y tras una breve pelea queda sin sentido en el suelo. Mathew Burke no tiene manías y prende varios puntos de fuego antes de salir del local y dejar a su socio dentro.
A los pocos dias Burke se encuentra con su novia, Cathy Gray, y le comenta que según las condiciones del seguro al estar muerto su socio a el le corresponde cobrar íntegramente la indemnización. Tras dejar a la chica va a su despacho y no se da cuenta de que hay alguien esperando su llegada hasta que es demasiado tarde, un hombre con el rostro desfigurado lo estrangula y luego simula que es un suicidio atando una soga al cuerpo y lanzándolo por el hueco del ascensor. Posteriormente el cadáver de Mathew Burke será robado del depósito de cadáveres por el mismo hombre de rostro desfigurado. Poco tiempo después Cathy se encuentra hablando con su compañera de habitación Sue Allen ya que ha quedado con un millonario al que espera poder sacarle dinero y poder dejarle dinero a su amiga para que pueda pagar los dos mese que debe del alquiler de la habitación.
Al caer la noche Sue, llega a la pensión y es recibida por la casera y le exige que le de el dinero que le debe, sue le dice que en cuanto llegue su amiga le pedirá el préstamo y le podrá pagar y la casera le dice que ya puede hacerlo pues su amiga ya hace rato que ha llegado. Sue se dirige sin más demora a la habitación de Cathy pero cuando va ha hablar con ella descubre que esta muerta y que el asesino, el hombre del rostro desfigurado aun se encuentra en la habitación. Sue escapa por la ventana y el asesino la persigue por las calles de la ciudad hasta que la chica consigue llegar a la casa de su amigo Scott. A la mañana siguiente acuden a la comisaría a explicar todo lo ocurrido. El cadáver de la chica también será robado de la morgue por el extraño hombre.
El mecenas Sidney Wallace acude a ver a Jarrod al haber recibido una carta de el. Tras llamar a la puerta es recibido por Igor, el ayudante sordomudo de Jarrod y lo conduce hasta este último. Wallace le hace saber que lo creía muerto y Jarrod le explica que no murió en el incendio pero que como puede ver si que quedo tocado por el, no le queda más remedio que ir en una silla de ruedas y sus manos quedaron deterioradas para poder crear esculturas, por eso cuenta con la ayuda de Igor y la de un escultor de nombre León. Jarrod le enseña también la técnica que utiliza para crear sus figuras y le comenta a Wallace que todavía necesita su dinero para poder abrir un nuevo museo en el que aparte de encontrarse famosos personajes históricos también contara con una parte de Museo de los Horrores.
Pasado un tiempo el nuevo museo ya es una realidad y en su inauguración acude Sue con su amigo Scott, ya una vez dentro y mientras realizan la visita Sue se queda estupefacta por el extraordinario parecido físico que tiene la figura de Juana de Arco con su fallecida amiga Cathy. Sue acudirá a la policía para contar sus sospechas y estos tras darle algunos argumentos con los cuales podría ser explicado el sorprendente parecido le prometen que lo investigaran.
Para Sue Allen no han terminado sus problemas ya que el misterioso hombre del rostro desfigurado sigue tras ella…
En la parte de los actores es indudable que el premio gordo se lo lleva Vincent Price con su impagable interpretación de Henry Jarrod, mostrando dos facetas totalmente opuestas de la misma persona: una tranquila y amable, la otra despiadada y sin moral como una especie de Jekyll y Hyde . Price es capaz de conseguir que nos guste el personaje y que sintamos pena por lo que le paso pero no nos permite olvidar que también es un asesino con ese rostro deformado por las llamas( por el cual tuvo que pasar por horas de un costoso y tortuoso maquillaje) y siguiéndole la zaga estaría Phyllis Kirk en su papel Sue Allen, una chica dulce y agradable pero con fuerza y con mucha personalidad y autodeterminación, un personaje con carácter y no esta de relleno y posteriormente llega el buen trabajo del resto del reparto del cual creo que no resalta nadie excepto porque a día de hoy es reconocible un jovencísimo Charles Buchinski posteriormente conocido como Charles Bronson en uno de sus primeros papeles en el mundo del cine.
Los crímenes del Museo de Cera es un film que aunque tenga elementos que recuerden a otras películas anteriores sabe crear su propia atmosfera de terror, suspense y expectación con un guión en el que se dosifican las muertes y no necesita de grandes cantidades de sangre para reclamar la atención del espectador.