sábado, 28 de agosto de 2010

El horror de Frankenstein



The Horror of Frankenstein
El horror de Frankenstein
UK 1970
Duración: 95 min
Idioma: Inglés
Color: Color
Director: Jimmy Sangster
Guión: Jeremy Burnham / Jimmy Sangster
Actores: Ralph Bates ... Victor Frankenstein
Kate O'Mara ... Alys
Veronica Carlson ... Elizabeth Heiss
Dennis Precio ... El ladrón de tumbas
Jon Finch ... El teniente Henry Becker
Bernard Archard ... Prof. Heiss
James Graham ... Wilhelm Kassner
Joan Rice ... Esposa del ladrón de tumbas
Stephen Turner ... Stephan
Neil Wilson ... Maestro
James Cossins ... Decano
David Prowse ... El monstruo
George Belbin ... Barón Frankenstein
Hal Jeayes ... Leñador
Carol Jeayes ... Hija del Leñador




Sinopsis: Victor Frankenstein es joven sumamente inteligente a la vez que creído y arrogante. En la escuela es capaz de demostrar que sabe más que su profesor y encima de engañarlo de manera que queda clara su superioridad. Víctor ansia ir a la universidad en Viena, pero su padre el Barón Frankenstein, no está dispuesto a darle el dinero que necesita para costear sus estudios, tras lo que Víctor se las ingenia para sabotear una de las escopetas de caza de su padre y que este sufra un accidente y muera.



Una vez enterrado el Barón, Víctor ya posee el titulo y el dinero de su padre y se marcha a la universidad, de la cual volverá cinco años después sin acabar los estudios por que ha dejado preñada a la hija del decano y no quiere responsabilidades.



Ya en casa y con Wilhelm, su compañero de estudios, empezaran los dos una serie de experimentos que cada vez irán rozando más lo macabro y saldrá de lo estrictamente moral.



Quedando ya patente la falta de moralidad de Víctor, este hará lo que sea necesario, incluso matar, para conseguir su propósito….



Comentario: La Hammer empezaba a ver como la tendencia en los gustos del público hacia el cine de terror estaban cambiando y ya con “Las cicatrices de Drácula” intento reconducir la saga y ahora el turno era para Frankenstein.

La apuesta era darle a Sangster, que había sido guionista de varias películas de la casa de la sangre, las riendas del Barón Frankenstein. Ya que en el film anterior el final podría ser considerado un final de verdad, la idea de Sangster fue la de realizar un remake de la primera película de saga, pero añadiéndole un poco más de humor (que yo personalmente no he sabido apreciar mucho) y realizar un lavado de cara respecto a los personajes y actores habituales.



El personaje de Victor Frankenstein es interpretado por Ralph Bates y realmente consigue mostrarnos un registro totalmente diferente al que nos tenía acostumbrados Peter Cushing, un Victor más joven, creído y seguro de si mismo, ambicioso y que no dudara en asesinar para conseguir sus propósitos y aunque todo esto lo hemos estado viendo en los diferentes films de la saga en este es donde está más marcado y remarcado desde el principio de la película. Un Bates que esta secundado por dos actrices como Veronica Carlson y Kate O'Mara que aparte de poner el punto de erotismo que impregnaba a las películas de la Hammer de aquella época, consolidan el punto más fuerte del film, porque en tareas de guion y argumento al ser un remake intentado ser original, lo encuentro realmente flojo, lo único el final que no contare, es un poco mas remarcable pero que como es evidente deja abierto el camino para siguientes secuelas.



Y para acabar mi mayor decepción fue la propia criatura creada por Frankenstein, pero no de aspecto, bueno en parte sí, pero más que nada por la poca credibilidad que transmite en su interpretación David Prowse- con una altura de 2mts, campeón de halterofilia y que unos años después seria conocido como el actor que estaba bajo la máscara de uno de los villanos espaciales más famosos de la historia del cine “Darth Vader”-, sus movimientos es que no son ni de un ser que tenga que aprender a coordinar todo su cuerpo para poder moverse, ni son tan mecánicos que puedas pensar que esta sobre exagerando, es esta indefinición la que no me llega a convencer, en cambio sí que encuentro que la poca expresividad que muestra su rostro es la adecuada para un ser que no siente ni odio, ni placer, ni amor, mata por que le apetece, mata por qué es lo que llevamos en el fondo de la naturaleza humana y es lo que aprendemos a controlar y enterrar profundamente, bueno por desgracia no todos.

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